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    Por Cielo y Tierra

    La búsqueda de personas desaparecidas en Colombia. Un documental de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD)

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    La búsqueda de personas desaparecidas en Colombia. Un documental de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas

    Por Antonio Erik Arellana Bautista

    En el documental se resalta el ímpetu con el que las mujeres, en medio de condiciones adversas, emprenden durante décadas un camino del cual no hay un retorno posible. Ellas buscan un reencuentro que pocas veces sucede con vida. Seres que han dejado de reconocerse y de compartir los eventos que se llevan en el recuerdo. Más allá de las conmemoraciones, de las fechas festivas o de los triunfos que como ciudadanos se celebran en colectivo, como el triunfo de un deportista, de un artista o de un proceso de paz.

    Uno de los logros de las familias y de las organizaciones que buscan a las personas desaparecidas en Colombia, en el marco de las negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrila de las FARC, fue la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), como parte del Sistema Integral para la Paz junto a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Ahora esta entidad, la UBPD se encuentra bajo la administración de Luz Janeth Forero, quien está dando un giro no sólo en la forma de gerenciar la búsqueda de personas desde la Unidad sino también en la forma de comunicarlo. Una muestra de ello es este documental dirigido por Santiago Diaz-Vence.

    Las protagonistas son mujeres que pueden representar los arquetipos de las figuras que en una búsqueda incierta realizan labores jamás imaginadas por ellas antes de iniciar la travesía. Una aventura con todos los riesgos posibles y en un panorama en el cual la imagen de buscar una aguja en un pajar se queda pequeña. Según los datos publicados por la UBPD son más de 111 mil personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado en Colombia entre 1985  y 2016.

    La sala Capital de la Cinemateca tenía los nombres de personas registradas como desaparecidas, «porque son seres humanos, no cifras», resaltó en su discurso la directora de la Unidad. Una petición de las organizaciones durante el año 2023 fue que se hicieran públicos los nombres de las personas registradas en la UBPD como dadas por desaparecidas, en una campaña que se denominó Por lo menos sus nombres. Este mensaje ha sido retomado por la Unidad como propio. Aquí cabe resaltar como la directora ha apropiado y ha aprehendido en un tiempo relativamente corto el sentido de las peticiones de las organizaciones como la Fundación Hasta Encontrarlos, con quien ha trabajado articuladamente en los últimos meses en la recuperación y entrega digna de los cuerpos de personas desaparecidas a sus familias. En la entrevista que aparece en el documental se ven en el fondo las publicaciones de la Fundación Hasta Encontrarlos, como la metodología de búsqueda que implementó la organización de derechos humanos como propuesta pedagógica, pero a su vez práctica para la búsqueda humanitaria de personas desaparecidas.

    Aparece como un pequeño guiño una imagen de la búsqueda de Martha Gisela Restrepo en el documental y la presencia de su director Pablo Cala. Resalto esto porque en la narrativa del documental no aparecen procesos organizativos, aunque en el conversatorio, una de las invitadas y participantes del documental mencionó otra de las organizaciones, el Colectivo Orlando Fals Borda. El resto de las numerosas organizaciones fueron las grandes ausentes. Esto es importante porque en Colombia existen organizaciones con más de 40 años de existencia en procesos organizativos que han logrado posicionar el tema de la búsqueda de personas desaparecidas en la agenda política y mediática en Colombia. En un mapeo realizado se identificaron más de 56 organizaciones de familiares de desaparecidos y de derechos humanos con atención a las víctimas indirectas del delito de desaparición, o relacionados como el secuestro, la ejecución extrajudicial o el reclutamiento forzado. En el documental lo importante son las familias que buscan.

    Las historias son potentes. Daniela es una mujer excepcional, una de esas rarezas del universo que traen paz al mundo terrenal. Hija de combatientes de la guerrilla de las FARC, emite en su palabra sabiduría. Es joven, pero sabe de lo que habla. Desde muy pequeña se enfrentó a la orfandad.  No conoció a su padre, pero escuchó que era un buen hombre y con el seudónimo de Miguel empezó a buscarlo desde los 13 años. Así fue tejiendo su identidad, la propia buscando un hombre y su rastro en una identidad que no tenía número de identificación. ¿Cómo se busca un alias en el campo? Como lo hizo Daniela, preguntando hasta que encontró a quien podía orientarla, darle pistas, señales, información para reconstruir los hechos, para hallar las pruebas, para demostrar que su padre debía ser buscado, identificado y sepultado con dignidad. Una tarea importante para sembrar el pasado y reconocerse en el presente, abrirse un camino al futuro. Eso fue lo que hizo Daniela de la mano de la Unidad de Búsqueda y que presenta el documental Por Cielo y Tierra.   

    Las Cantadoras del Pacífico, son una representación cultural de las tradiciones orales que conectan la espiritualidad con la palabra, es decir, con el mensaje cultural de los pueblos. Para las culturas afrodescendientes los cuerpos de los fallecidos deben ser velados en ceremonias rituales para que puedan trascender, si no quedan en una especie de limbo, porque no están físicamente pero tampoco están en el mundo de los muertos. Entonces los cantos, las oraciones y en especial los alabaos son fundamentales para las familias afrodescendientes en Colombia. En medio de eso cantos se describe la angustia de la madre de un ex soldado que fue «acusado por la guerrilla de ser informante del ejército por haber prestado servicio militar obligatorio» y que por ello fue desaparecido. Su madre le buscó hasta encontrarlo, demostrando una vez más que no hay imposibles cuando las instituciones escuchan y trabajan articuladamente con el empecinamiento y la terquedad de estas mujeres buscadoras. Se resalta aquí también la importancia del tejido social y del soporte emocional, afectivo y familiar para obtener resultados frente a una misión imposible.

    Así pues, el documental resalta el enfoque de género. Son mujeres en su mayoría las que buscan a las personas desaparecidas, También tuvo en cuenta el enfoque étnico y la búsqueda con carácter humanitario.  Además, presenta un escenario en el que también es posible encontrar a los desaparecidos con vida, como esperan encontrarles todas las familias en Colombia. Esta última historia es la de dos hermanas que son firmantes del Acuerdo, que buscan a su padre y lo encuentran después de décadas. Aquí el mensaje de reconciliación es claro: una familia que ignoraba que dos de sus hijas y hermanas hicieron parte de la guerrilla y que después de firmar la paz buscaron reconstruir una parte de su pasado para sanarlo.

    Un último aspecto a destacar es el uso del lenguaje pedagógico del documental Por Cielo y Tierra. Un lenguaje en el que se identifican las fases sobre las que se realiza el proceso de búsqueda desde la caracterización y reconstrucción de la información, la perspectiva y acciones adelantadas por los profesionales involucrados, los procesos técnicos y científicos para la recuperación, identificación y entrega digna. Todo esto en una apuesta simultánea en 28 salas del país, entre las que se encontraba una Cinemateca distrital con el aforo totalmente lleno. En la sala se encontraban representantes de instituciones y organizaciones y de familias buscadoras como las del Palacio de Justicia, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado y la Fundación Hasta Encontrarlos, quienes al finalizar el conversatorio replicaron la consigna «por nuestros desparecidos toda una vida de lucha, memoria y resistencia».

    Las palabras de la directora Luz Janeth Forero, el conversatorio y la puesta en escena en el marco de la conmemoración del día de la solidaridad con las víctimas del conflicto en Colombia, relataron que la tarea de búsqueda es de toda la sociedad y ese es el mensaje que se evidencia tras la presentación, no solo en las salas de cine sino a través de RTVC, casa productora y distribuidora del documental. Muy buena articulación interinstitucional para emitir un mensaje necesario para el país. Y es que sin el apoyo de la sociedad colombiana en esta tarea de búsqueda será imposible que miles de familias encuentren una respuesta a sus peticiones de verdad.

    Unas respuestas que permitan saciar el sufrimiento humano que representa la tortura cotidiana de no saber dónde están.

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