1. Documental No Name en 5 partes: Asfaddes (1), La búsqueda (2), La represión (3), El cuerpo (4) y La ley (5).
  2. Testimonios realizados durante las filmaciones del documental No Name en el año 2000, mientras era aprobada la ley que tipifica las desapariciones forzadas como delito en Colombia.

1. NN No Name

Documental de Erik Arellana y Pedro Campoy

El documental NN No Name reconstruye a través de testimonios los orígenes de la organización de familiares de detenidos desaparecidos ASFADDES. A 20 años de sus realización consideramos importante rescatar estas voces para la memoria colectiva. El documental se presentó en Europa alrededor de 100 veces en diferentes actos de incidencia junto a sus protagonistas.

ASFADDES

Parte 01 / 05 · NN No Name de Erik Arellana y Pedro Campoy

 

LA BÚSQUEDA

Parte 02 / 05 · NN No Name de Erik Arellana y Pedro Campoy

LA REPRESIÓN

Parte 03 / 05 · NN No Name de Erik Arellana y Pedro Campoy

EL CUERPO

Parte 04 / 05 · NN No Name de Erik Arellana y Pedro Campoy

LA LEY

Parte 05 / 05 · NN No Name de Erik Arellana y Pedro Campoy

2. Testimonios

Testimonios extraídos del documental N.N No Name. Resaltamos su relevancia ya que algunas de las personas que brindan su testimonio ya han fallecido.

Enrique Rodríguez

Padre de desaparecido en el Palacio de Justicia en noviembre de 1985

«Gente humilde, gente trabajadora, gente que necesitaba vivir de su trabajo…

Allí desaparecieron todos los trabajadores de la cafetería del Palacio de Justicia. Es una cosa impresionante preguntar porque desaparecieron las 8 personas que trabajaban allí, todos desaparecieron, más 3 personas.

Y nunca hemos vuelto a saber que hicieron con ellos.

Cómo es que un Estado, a sus propios servidores, en el propio Palacio de la Justicia de un país no sepa que hicieron con la gente siendo que ellos fueron los que sitiaron el Palacio sin permitir que nadie saliera sin su visto bueno de ahí.

De mi hijo sé a ciencia cierta que lo sacaron del Palacio de Justicia, que lo llevaron por la plaza de Bolívar, y entró a la Casa del Florero, hasta que Plazas Vegael asesino del Palacio de Justicia, lo hizo subir al segundo piso…»

José Guarín

Padre de Pilar Guarín, desaparecida en el Palacio de Justicia en noviembre de 1985

«Es inconcebible los hechos del Palacio de Justicia, son años de angustia, de dolor que afrontamos, con la indiferencia de nuestros hermanos, con la indiferencia del Estado, y el desconocimiento total. ¡Qué ocurrió con nuestros hijos! Sembraron tristeza en nuestros corazones, en nuestros hogares.

Todo por culpa de un hombre delirante que avocó a Colombia en este dolor. Nadie informa de nuestros hijos. Calladamente tenemos que llevar este dolor, este sufrimiento que nadie entiende.

En la angustia por saber qué ocurría acudí a Palacio, logré entrar en las horas de la noche, los destrozos eran terribles, pero en el sitio de la cafetería pude apreciar las viandas que debían servirse ese día. Los jugos,  las frutas en perfecto estado, los destrozos eran en la caja registradora, allí no hubo violencia ninguna, las cortinas estaban perfectas, ¿cómo? Cómo desaparecieron a nuestros hijos.

¿Cómo desaparecieron nuestros hijos?»

Enrique  Rodríguez

«El caso de la escalera es un caso curiosísimo.

Según algunos indicios que había en el proceso, a los de la cafetería (yo insistía) ¿por dónde han sacado a los de la cafetería? ¿Por qué precisamente a este grupo los separan y los desaparecen?

Algunos indicios de que a los de la cafetería los habían cogido los del M-19 y los habían subido por una escalera de atrás al 4º piso y que en el 4º piso los habían asesinado uno por uno. Cuando yo oí eso no hice sino soltar una estruendosa carcajada.

El doctor Upegui se sorprendió mucho y me pregunto que de qué me reía, y yo le dije de lo ingenuos que son ustedes, porque esa escalera no llega al cuarto piso, esa escalera llega al tercer piso, y para subir al 4º piso hay que atravesar todo el pasillo del frente, que quedaba en la Plaza de Bolívar y luego por el otro extremo era que se subía al 4º piso.

Si eso hubiera sido cierto, ese pasadizo del 3er piso, eso estaba lleno de bala por dentro y por fuera, porque habían disparado los cañones y habían tumbado pedazos de pared y por allí era imposible el paso. Sin embargo se atrevieron a tratar de insinuar eso en el informe que rindió el famoso Tribunal que crearon para garantizar la impunidad de los hechos del Palacio de Justicia

José Guarín

«Hoy en día vemos y ustedes lo aprecian, la impunidad de nuestra patria, lo sellaron con concreto, construyendo un nuevo Palacio de la Injusticia en Colombia.

Eduardo Umaña Mendoza y el Procurador Carlos Mauro Hoyos, con ellos conocimos las cuevas de sacromonte en un pueblo cercano a Bogotá, llamado Facatativá. Allí bajo tierra existen las cuevas que llaman del Sacromonte, laberintos bajo tierra que dan luz por tubería, lleno de plazoletas y sanitarios sin tanques, donde un coronel nos cohibió a pasar a un laberinto izquierdo. Posiblemente nuestros hijos estaban allí, pero hicimos caso como unos borregos ante la orden del Coronel, allí fue perdida toda esa valentía de nuestro abogado y del señor Procurador, porque perdimos ese espacio en el cual habíamos podido encontrar la verdad.

Conocí también el frenocomio militar en los cerros de Bogotá, hay seres a la intemperie con rostros resquebrajados por el sol, por la lluvia, por el frío, por la inclemencia, y allí busqué en esos seres los rostros de todos los desaparecidos, fue inútil.

En las cuevas del Sacromonte recuerdo en las paredes, cientos de nombres donde habían llevado detenidos y ellos registraban sus nombres, allí estuvimos con Enrique Rodríguez, buscando la caligrafía de mi hija, buscando su nombre. Angustiante, triste, que en nuestra patria ocurra eso.

Que los habían vuelto locos y los habían botado a las calles, nosotros buscamos por hospitales, por los basureros, nos amanecía en las plazas de mercado, buscando en los alrededores a ver dónde encontrábamos alguna información de nuestra familia y todavía no la hemos encontrado.

En esa búsqueda angustiosa como no creo que haya habido otra en la vida fuimos y hablamos con el dr. Umaña, yo hablé previamente con él y le otorgamos el poder.»

Enrique Rodríguez

«Esa es la justicia colombiana.

Fíjese usted lo que es esta lucha de tantos años  tratando de averiguar qué es lo que ha hecho el Estado colombiano con unos inocentes, aunque fueran criminales pero no tienen porque hacerlo en esas condiciones.

A esto no se le ve progreso.

Esa es una venganza que se hizo contra la justicia colombiana y nuestros familiares cayeron allí como víctimas propiciatorias para justificar los crímenes que el Estado estaba cometiendo.

Cómo es posible que un hecho ocurrido en la Plaza de Bolívar, en el centro principal de Bogotá, en el Palacio de Justicia, en la sede más importante del poder público, el Estado no sepa que hizo con las personas que trabajaban allí por las cuales no está dispuesto a responder.»

José Guarín

«105 muertos en Palacio de Justicia.

La masacre más terrible, por orden de este hombre delirante.

No pasó nada, ¿qué podemos esperar?

Recorrimos todos los despachos, hablamos con cantidad de funcionarios, ministros, procuradores y todos nos recibían con una venia y nos despedían con un engaño, ¿qué podemos esperar en Colombia? NADA».

Yanette Bautista

Hermana de Nydia Erika Bautista, detenida desaparecida el 30 de agosto de 1987

(Era mi hermana mayor, era rumbera y alegre).

«Antes de que se la llevaran me mostró la otra Colombia que estaba detrás de los muros. La vida de una empleada común y corriente, la vida de subirse a un bus lleno a ganarse un salario que no alcanzaba, eso era yo cuando desaparecieron a Nydia.

Ella fue detenida en el 86 junto a otros guerrilleros del Alfaro Vive. La soltaron tres semanas después, la torturaron, la sacaron a reconocer gente.

Ella es desaparecida el día de la primera comunión de Erik y Andrea, salía a llevar una amiga al bus.

Según cuentan los testigos, varios hombres vestidos de civil la abordaron y la subieron a un jeep, que después resultó ser del Ejército. Nosotros la buscamos desde el siguiente día con mi papá, salimos a la calle, nos subimos a las busetas.

Solamente el lunes nos dimos cuenta de que Cristóbal también estaba desaparecido.

Yo me dí cuenta que de verdad estaba desparecida cuando cité a un amigo de Nydia y él dijo que tenía que poner la denuncia en la Procuraduría, en ese momento entendí que ella estaba desaparecida. De ahí seguimos buscando con mi papá fuimos al Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, Alirio, que después fue desaparecido, nos ayudó a hacer la primera denuncia.

Escribir la primera denuncia fue como un parto, yo sentí que estaba escribiendo como un poema.

Cristóbal era mi novio, tenía ojos negros, cejas pobladas, rizos. Tenía 25 años. Vivió con Nydia los momentos antes de la desaparición.

Fuimos a la Procuraduría con Alirio, nos entrevistamos con el Vice-Procurador, luego con el Procurador Carlos Mauro Hoyos, que después fue asesinado. Después buscamos en los hospitales, en los cementerios, siempre nos llegaban noticias de NN, buscamos en el DAS, fuimos al ejército, allí se comunicaron con todas las dependencias delante del Procurador y dijo que en ninguna estaba, después en las calles y vimos que no encontrábamos nada.

A los 8 días yo estaba en Asfaddes cuando Asfaddes ni siquiera tenía oficina. Se reunían en el Cinep o en el Parque Nacional, y ahí empecé a asumir las primeras responsabilidades y esa fue como la búsqueda después por todos los desaparecidos, porque yo no tenía pruebas de quién se la había llevado, cómo se llamaban, a dónde se la habían llevado, no tenía nada. Esa fue la búsqueda después a través de Asfaddes.

Aprendí a gritar las consignas en las calles, como las gritaba Cristóbal porque él fue el primero que me llevó a una manifestación, y yo me impresionaba mucho cuando mataron a Jaime Pardo Leal. Los estudiantes de la Universidad Autónoma salieron y él me llevó, y eso me impresionó mucho. Después yo sentirme gritando como Cristóbal, porque él gritaba con mucha fuerza, no es fácil estar en una marcha y tener la fuerza para que todos los demás griten con uno, él tenía esa fuerza, y yo sentí que había cambiado mucho.

Yo sentí que la estaban matando y le dije que no la íbamos a volver a ver y sentir que están matando una persona cuando no tienes el cuerpo es muy difícil, por eso mis hermanos, hasta que la encontramos, no creyeron que estaba desaparecida y que nunca iba a volver, realmente.

Erik sufría por verme buscándola y no encontrar resultados y me decía que no la buscara más porque no la iba a encontrar, fue una época difícil porque habían hostigamientos, nos mandaban mensajes con la yayita, la segunda mamá nuestra, que si seguíamos denunciando iban a desaparecer a Erik.

La gente se alejó, muchos no preguntaron qué pasó, y uno se siente que tiene una especie de lepra y que la gente le da miedo acercársele a uno y lo más duro con la familia, algunos miembros de la misma familia no nos brindaron ninguna ayuda. Cuando ya no teníamos donde escondernos, porque nos escondimos en muchas partes, a mi me dolían los niños, tener que separarme de ellos dos, tener que mandarlos a otro lado, que retirarlos del colegio y fuera de eso que la familia de uno los sacara de la casa y dijera aquí no los podemos tener.

Y también encontrar la solidaridad de la gente más humilde como mis hermanos, los hijos de mi papá y en una piecita nos fuimos a vivir todos, 6 personas y ahí reconstruimos el futuro como familia y no nos dejamos vencer, fue muy bonito.

Fuí donde el doctor Eduardo Umaña Mendoza, él estaba muy triste por la muerte de Carlos Pizarro ese día, entonces yo le dije que iba a hablarle de alguien del M-19 que no era tan importante como Carlos Pizarro, a partir de ese día toma el caso.

En conclusión, como consecuencia de la declaración de Bernardo Alfonso Garzón, como sargento de la XX Brigada, es que encontramos a Nydia. La Procuraduría verifica la información en el cementerio vemos el acta, el vestido de los restos que fueron inhumados como NN en Guayabetal el 12 de septiembre de 1987, es decir 12 días después de la desaparición, se parece mucho a los de Nydia. La fecha es muy cercana, el doctor Umaña pide la exhumación, se hace la identificación dentro de la misma exhumación, encontramos al mismo sepulturero que la había inhumado. Esa fue otra gran ventaja, porque en medio de tantas fosas de NN, no se sabía, no tenía una marca especial y haber encontrado al mismo sepulturero…

Ahí estaban las ropas, el zapato, el arete, un cristo, todo…

Fue muy duro reconocer que durante 3 años habíamos estado buscando un muerto, porque salíamos a la calle a gritar que nos los devolvieran vivos, entonces de ahí yo ya no gritaba con la misma fuerza que nos los devuelvan vivos…

Encontrarla fue un hecho histórico para Asfaddes, porque no se encuentran desaparecidos todos los días, y después de tantos años nosotros no teníamos muchas esperanzas…

Pudimos hacerle honores en el cementerio, le pudimos decir compañera, devolverle el nombre, devolverle la familia, la dignidad, porque la querían volver una cosa y nosotros la volvimos un ser humano con derechos, por eso fue muy importante encontrarla.

Descubrimos que los desaparecidos eran parte importante de nuestras vidas por ser seres sociales, políticos pero sobre todo por tener una gran calidad humana.

Doña Amparo Apráez que tenía su hija y su nieto cogió 2 hojitas y enterró una, que era su hija y la otra se quedó con ella que era su nieto y pudimos hacer un duelo entre nosotros mismos y empezamos a fortalecernos.

Tuvimos por lo menos 12 casos donde habían 120 militares y paramilitares vinculados judicialmente donde la mitad creo que están en la cárcel. Tuvimos las grandes condenas de 60 años de prisión para el jefe antisecuestro del DAS.

Ese reverdecer de Asfaddes fue cobrado políticamente con amenazas, por la ley de las desapariciones, que habíamos logrado, mientras los militares se abrazaban en la TV el día que archivaron el proyecto porque televisaron el debate, con el ministro de defensa civil, nosotras estábamos escondidas con Gloria Herney Galíndez embarazadas como si hubiésemos cometido un delito…

Después de la declaración de Garzón no pasa nada, y como no pasa nada entonces con el Dr. Umaña nos inventamos una rueda de prensa, -a él también le gustaba hacer locuras entonces hicimos un audiovisual-. Pero con eso dimos a conocer a la opinión pública la declaración de Garzón, con eso y con la presión jurídica se reactivó el caso. En 1995 todos los procesos que habíamos instaurado revientan positivamente, el Procurador Delegado para DH, con base en la declaración de Garzón y de otras pruebas en la identificación de Nydia y en la decisión del Tribunal administrativo de Cundinamarca de condenar a la Nación como responsable por el caso de Nydia, decide destituir al General Velandia.  Álvaro Velandia Hurtado como responsable por haber sido comandante de la XIII Brigada en la época en que Nydia fue desaparecida.

Bernardo Alfonso Garzón señala al General Velandia como uno de los autores determinadores de la decisión, como quien conoció y aprobó la decisión, es decir como un autor intelectual, y da el nombre de uno de las personas que manejaban el Jeep donde fue introducida violentamente Nydia.

En medio de la destitución el General Velandia es condecorado 5 días después por el Presidente de la república Ernesto Samper, y esto provoca una discusión en la opinión pública, una reacción de la opinión pública que puso en debate el tema de la destitución de Velandia por la desaparición de Nydia.

También logramos que el Comité de DH de la ONU, en el mismo año 95 en octubre, emitiera una resolución contra el Gobierno colombiano como responsable de la desaparición de Nydia.

Eso provocó que el proceso penal fuera reactivado, la decisión del Comité de DH de la ONU, y como consecuencia de eso que la unidad de DH de la Fiscalía capturara a tres suboficiales subalternos de Garzón, de la XIII Brigada como autores de la desaparición de Nydia. Ellos fueron trasladados a la cárcel modelo y estuvieron allí tres meses hasta que sus abogados plantearon una colisión de competencias que fue decidida en favor de la jurisdicción penal militar para que los militares la siguieran investigando por decisión del Consejo Superior de la Judicatura. Hasta entonces la justicia ordinaria lo que hizo fue encontrar dos personas más que no había encontrado la Procuraduría, como responsables de la desaparición, dos oficiales de la XIII Brigada.

Una vez que el Consejo Superior de la Judicatura decide pasar el caso, pasan tres meses, los hombres son dejados en libertad por cuestiones de forma y no de fondo, no porque no fueran culpables.

El cambio de la jurisdicción Penal de la Ordinaria a la Militar, significó en últimas todo el cambio de nuestra vida, dejar nuestra casa, nuestros amigos, nuestro trabajo y irnos a vivir a otro país desconocido.

Los militares no quieren dimensionar el daño que nos han hecho y al contrario procuran profundizarlo más.

Un acto inhumano que nos quiten los restos de Nydia, quitarle los restos a un familiar de un desaparecido es como quitarle parte de su vida, de su razón de ser y volver a ese estadio de familiar de desaparecido del que quisimos salir.

Nuestra pelea mayor es porque no le quiten su identidad, su personalidad jurídica, que nos respeten la unidad y la integridad familiar aún después de muerta, que tengamos derecho al cuerpo, porque nadie sabe lo que es tener un cuerpo entre los brazos.

A nivel humano eso es la posibilidad de cerrar una puerta, de terminar algo iniciado, de decir adiós y eso que no está legislado en Colombia es por lo que estamos luchando, por eso el caso de Nydia es más que la lucha por el caso de Nydia, es la lucha por todos los desaparecidos.

Decir que quizás una de las cosas más fuertes que ha tenido el proceso es que en el intermedio de la investigación  los abogados han sufrido violaciones graves a los derechos humanos, el primero Alirio Pedraza fue desaparecido, después Eduardo Umaña Mendoza fue asesinado y también la tercera abogada se encuentra fuera del país y también Lourdes Castro, que también estuvo en el exilio, que llevó la parte administrativa.»

Gladys López

Hija de Faustino López, desaparecido en 1984

«Sus ideas lo llevaron fue a luchar por un cambio en el país. A raíz de esto el fue detenido varias veces, fue torturado, en 1966, lo detuvieron en Neiva donde duró 4 años detenido. Inicialmente a él lo desaparecieron 3 meses donde lo torturaron y lo tuvieron en varias cárceles buscándole antecedentes. La vida de él fue bastante azarosa por su trabajo con el pueblo, en la concientización del cambio a un país más humano.

Esto dió como resultado que lo desaparecieran el 5 de septiembre de 1984. A él no le perdonaron su lucha por más de 40 años y sus ideas de cambio porque él ya tenía 74 años, porque él ya no le hacía daño a nadie.

A él le hicieron las amenazas en 1983 en marzo le pasaron en un pasquín amenazándolo terriblemente.

Pues él no está vivo, pero que nos digan donde están.

A pesar de que en las investigaciones se logró establecer la participación de un agente del DAS, nunca nos dijeron dónde está, porque el agente del DAS fue condenado a 5 años por secuestro simple. Y él nunca quiso aceptar que había participado en la desaparición de mi papá y de Miguel Angel.

Como a los 2 años de haber sido condenado fue detenido al fin, no alcanzó a pagar 3 años de cárcel y salió por buen comportamiento.

Llegaron 4 hombres enmascarados y el agente del DAS, entran violentamente y rompen la puerta…

Por no existir la ley que tipifica las desapariciones forzadas, él fue condenado a 5 años  por secuestro simple

Iván Cepeda Castro

«Comienza otro tipo de criminalización, una práctica mucho más sistemática, más planificada a través de atentados, de amenazas, de persecuciones que terminan hilvanándose en una cadena que configura un genocidio político.

En Colombia el problema no fue la caída del muro de Berlín, y que haya quedado la izquierda huérfana de un referente externo, sino que aquí en Colombia ha habido una práctica de genocidio supremamente eficaz, y no solamente con relación con estas fuerzas políticas de izquierda sino con relación a todos los sectores sociales, a las fuerzas sindicales, a los movimientos cívicos, a la lucha que han ejercido los indígenas, son grupos que han recibido el impacto del exterminio no solamente de sus bases sociales sino también de sus líderes.

Es realmente una cadena en donde el asesinato y la desaparición forzada se presenta con una sistematicidad y una masividad propia de los crímenes de lesa humanidad

Josefa González de Joya

Madre de Edilbrando Joya, desaparecido en 1982

«Ha sido una escuela esto de la desaparición, la búsqueda ha sido una escuela para nosotros aquí.

En la televisión sale una larga lista de unos cuantos desaparecidos esa noche, y entre esos estaba Edilbrando, y se habían tomado la Nunciatura los estudiantes, porque no era sólo Edilbrando, eran muchos.

Nos fuimos con el papá  (o sea mi esposo) y con Armando a buscarlo, fuimos a la inspección, a los hospitales, a la cárcel modelo, a diferentes partes donde se nos ocurrió.

Debe ser que está con la novia o debe ser que… porque una persona cómo se va a perder así, yo no imaginaba que pasara como llevamos tantos años y más y no supiéramos nada de él, era imposible, hoy todavía no lo creo cómo así? Una persona se pierde y ni el rastro.

Pero perderse un hijo así de uno es como quitarle la mitad de la vida, es como quitarle bueno yo no sé, el vivir, se le acaba a uno todo, todo, todo, la vida, se confunde, como que uno no hubiera deseado haber nacido en ese momento de la desesperación tan terrible.

El sábado fuimos, llegamos allá y nos conectaron con un señor Vanegas y pues muy gentil el mayor nos hizo sentar y nosotros le contábamos lo que estaba pasando, entonces dijo que esos casos no le competían a él, pero como eran casos especiales, como era de un estudiante, que lo iban a recibir y nos recibieron la denuncia allí, que les lleváramos una foto, que le lleváramos una cantidad de datos y nosotros le dimos los datos.

Nosotros no sabíamos nada, éramos ignorantes totalmente, todos.

Y empezamos a conocer como a saber, y nos iban explicando pero en realidad nosotros no sabíamos nada de derechos humanos.

Hicimos la primera marcha, fue cuando salimos a la calle a reclamar, porque ya llevábamos 4 meses y no sabíamos nada.

Y dimos la vuelta por la plaza de Bolívar, me acuerdo que también había una marcha de unos toreros y ellos iban adelante y nosotros detrás, yo no se que pedían ellos, se veía grande la marcha. Y luego por la octava nos paramos en la puerta de la Presidencia y empezamos a gritar que nos los devuelvan vivos, que nos dieran razón de nuestros hijos, de nuestros familiares, dijimos que nos recibieran y tampoco.

El Presidente Betancur, que estaba recién posesionado de Presidente, mandó a un asesor y nos hizo entrar a las madres, ahí les explicamos, les dijimos el problema y ellos nos dijeron que eso no lo conocía el Gobierno.

Hasta que no aparecieran nuestros hijos o nuestros familiares, nosotros no dejábamos de marchar. Así pues que todos los jueves nosotros marchábamos a las 9 am, salíamos de la Plaza de Bolívar, dábamos la vuelta por la casa presidencial, íbamos a la Procuraduría y volvíamos a la Plaza de Bolivar, pero últimamente fueron tantos los hostigamientos que tuvimos por las marchas. Entonces ya no nos dejaban marchar, porque salían  unos policias y no nos dejaban marchar.

Entonces esa vez que se hizo esa gran marcha había 345 desaparecidos, y cada estudiante, cada persona que participó en la marcha sacó una banderita con un número 1, así hasta que completo los 345 con una banderita con los nombres de las personas que estaban desaparecidas.

Los medios de comunicación nunca se preocuparon, allí iban y nos entrevistaban, pero no sacaban nada en la prensa, no publicaban.  Unos estudiantes hicieron frases en las paredes, unos grafittis y los cogieron, la policía, les pegaron.

Se iban a llevar a los muchachos presos y no permitimos, se paró la marcha y le pegaron a un periodista que era del periódico el Bogotano y ahí sí ese día  salió a grandes rasgos salió lo de la marcha, salieron muchas fotos con las fotos de los desaparecidos y de los familiares, y pues protestando porque le habían pegado a ese periodista y sino no hubiera habido nada.

Ya no nos dejaban marchar, imagínese por ningún lado, entonces ya cambiamos de hora, ya no las hacíamos a las 9 sino a las once, ya no nos íbamos por la octava sino por la séptima o salíamos por cualquier lado, les pegaron a las abuela, nos quemaban los pasacalles varias veces nos pasó eso…

Nosotros a pesar de que nunca pudimos saber que pasó en caso de Edilbrando, no hemos podido saber que pasó con él, y esa es nuestra consigna de la familia, de muchas personas, de saber que pasó con los seres queridos que se desaparecieron y nunca volvimos a saber de ellos…

Nosotros fuimos a dar la denuncia donde los verdugos, nosotros a llevarle todo, todo, para sacarlos a grandes rasgos en la prensa, que para eso sí se prestó la prensa…

Y resulta que sale a grandes rasgos  que Edilbrando y Gustavo Campos eran los asesinos y secuestradores de Gloria Lara, y todos los datos y la foto que yo le llevé salen en la prensa.

Pero cuando el mayor Vanegas vió que estaba involucrado en las desapariciones se retiró de la institución, de la Policía y los otros les dieron de baja en la Policía, nosotros hemos averiguado realmente, pero no han sido castigados.

Hay 54 comprometidos en este hecho.

Así le paguen a la gente con eso no se compensa la vida de la persona. Pero que nos vayan a pagar la vida de nuestros hijos con eso, eso no tiene precio.

Destituyeron esa gente y el premio que han recibido ¿sabe qué es? Mandarlos al extranjero y subirlos de rango y ese ha sido el castigo, entonces ¿qué esperamos del Gobierno de las autoridades si los que hicieron estos crímenes han sido las mismas autoridades?

Debido a eso, como yo he sido la que he estado al frente de ese caso y Asfaddes, pero yo he sido la que he molestado es que tenemos que irnos del país, porque empezaron las amenazas, las llamadas, una cantidad de cosas que nos han sucedido y ya no se aguantan más.

Desde que se desapareció Edilbrando hasta estos días me queda la satisfacción y el dolor, la satisfacción de que he luchado y de que he bregado, bueno no he conseguido  lo que debí haber conseguido, que es saber la verdad de qué pasó con mi hijo y de que se hiciera justicia con esto.

Me he dedicado a que esto no quede impune. Porque siento una gran tristeza de que se siga desapareciendo la gente, que la Asociación se ha ido creciendo, creciendo, ya no somos 14, los 345 de las marchas, somos miles.

Sigue siendo un juego para el gobierno y eso que el presidente Pastrana estuvo secuestrado. Ese martirio tan horrible, esa sensación, es que no tiene uno palabras para explicar esto, y que yo esté todavía en esto sin saber la verdad y sin que se castigue a los culpables, no es lamentable eso.»

Ana Isabel Fierro

Madre de José Díaz Fierro, desaparecido el 30 de septiembre de 1993

«Ahí si como dicen, nos despedimos y fue la última vez que yo lo logré ver, fue cuando nos llegó la noticia de que lo habían desaparecido.

Yo como siempre rogándole y pidiendo que me dijeran la verdad, porque toda la vida he querido saber la verdad ya que si me lo mataron, dónde lo botaron, bueno que me digan la verdad, yo como madre lo único es que siempre he esperado saber la verdad. La definitiva para uno nunca tener, porque verlo llegar, verlo a toda hora  que llega, lo ve uno por todas partes, imagínese la esperanza de que vuelva, y si el murió imagínese pues cuando lo voy a ver.

Y nunca se supo nada, nada, nada

Al año completico cerraron la investigación porque estaban esperando que nosotros lleváramos testigos, y quién tiene testigos de un acto de esos, allá siempre nos exigían testigos, ¡traiga testigos señora!

Yo no aceptaba nada, yo decía mi hijo no está desaparecido, alguien se lo llevó  pero no avisó , ¿si? Yo decía, a mi hijo me lo van a soltar, entonces otros decían: no, si se ha perdido gente de 15 años y no aparecen, yo decía serán los demás pero el mío aparece.

Nosotros esperamos siempre alguna llamada, un anónimo, bueno algo, una esperanza, si hubieran exigido plata.

Por aquí no han visto una persona así,  a veces llevamos la foto, a este muchacho no lo han visto. Me parece verlo chiverudo, melenudo, gordo, coloreto, porque yo lo vi en sueños que llegaba a la casa y me decía: Mami, mi mami no se afane por mi que yo estoy bien, lo que pasa es que no puedo estar en la casa, vengo a saludarla  y a saber de usted y me voy, pero son sueños.

Nosotros fuimos a poner la denuncia en Ibagué, pero eso no le paran muchas bolas a uno, lo primero que dicen es alguna cosa estaría haciendo desde que lo desaparecieran, algo estaría haciendo desde que se lo llevaron…

Y que teníamos que llevar testigos, todas las veces que íbamos teníamos que llevar testigos, ¡testigos de qué! Cuando van a poner testigos para desaparecer a una persona, para llevársela, -“¡venga usted y me sirve de testigo que me voy a llevar a este señor!-”

Amparo Apráez

Madre de Nancy Apráez, detenida desaparecida en Popayán el 09 de diciembre de 1992. Asesinada en Pasto el 16 de diciembre.

“La noche del 9 de diciembre de 1992 fue sacada abruptamente por 12 encapuchados, la sacaron de allí junto a un bebé de 1 año, hijo de ella y se los llevaron, los desaparecieron. Desde ese mismo instante comenzó mi búsqueda insistentemente en una parte, en otra, en fiscalías, en procuradurías, bueno en todas partes, fue un largo recorrido en busca de mi hija, lamentablemente nadie me daba razón.

A los 3 años de un proceso interminable la Fiscalía encontró los responsables y fue así como detuvieron a 24 personas miembros del grupo UNASE**, que en ese momento trabaja en Popayán.

Cuando ya la Fiscalía encontró los responsables ya los capturaron, entonces ellos empezaron a decir como sucedieron todos los hechos, fue así como nos enteramos que a ella la asesinaron a los 8 días  de haberla sacado de su casa y después de asesinar a su mamá  llevaron al niño y lo dejaron tirado en una ciudad al sur de Colombia que se llama Pasto.

Cuando nosotros supimos eso nos fuimos a Pasto a buscar el niño, pero lamentablemente el niño fue recogido por Bienestar Familiar y en un proceso muy rápido de 3 meses lo dieron en adopción a una pareja sueca, actualmente reside en la ciudad de Malvin, Suecia.

Desde ese mismo instante se entabló una demanda para reclamar el niño aquí en Colombia, la cual duró 4 años hasta que el tribunal vió que nosotros teníamos razón, las pruebas eran muy evidentes, el tribunal dictó sentencia de que el niño nos fuera devuelto a nosotros.

Desde un principio las pruebas dieron como responsables al grupo UNASE de Popayán en los que estaban involucrados un Mayor del Ejército, un sargento de Policía, como 3 agentes del DAS, un grupo muy grueso, en total eran 24, de esos 24 a unos no les comprueban mucha responsabilidad y los absolvieron, los otros 19 los condenaron, a unos a 35 años, a otros a 25, bueno así relativamente según la culpabilidad, actualmente ya están condenados.

Yo todavía no quería creerlo, yo en mi bolso había llevado 2 fotos del niño, le dije a mi familiar porque no preguntamos casa por casa, de pronto sepan algo, fue así como estuvimos otro día de casa en casa del barrio, preguntando con la foto del niño si lo conocían, si lo habían visto, si tenían algún conocimiento de que le niño apareció por ahí.

Era la 1 de la tarde y estábamos materialmente cansados, y nos dirigimos a  a tienda a tomar una gaseosa, a mi se me ocurrió preguntarle a la seniorita que estaba haciendo, le pregunté que si no  había visto el niño, ella se quedó mirándolo y me dijo: A mi si me parece conocido. Mire que hace un año precisamente en diciembre encontraron un niño aquí detrás de la puerta del ejército y lo recogieron y yo no sé qué pasó con él.

Entonces me dió la dirección, vaya a esa casa que se ve por allá, a esa casa amarilla  y pregúntele a la señora y nosotros felices; Cuando llegamos a la casa, estaba una señora intentando abrir el portón y yo le pregunté que si ella vivía ahí y me dijo que sí. Entonces yo le mostré la foto del niño y me dijo: Usted como tiene esa foto?, le dije porqué? Es mi nieto, usted lo conoce? Y me dijo que sí.

Ella me contó cómo lo habían encontrado esa noche del 17 de diciembre. Cómo ellos lo tuvieron ahí en la casa, la protección que le brindaron durante esa noche, como lo encontraron. Me contaba que lo encontraron al niño en una esquina a las 2 am llorando, temblando de frío, con un tetero en la mano. El niño para ese día cumplía un año, el 17 de diciembre.

Luego ellos lo tuvieron hasta el otro día y al otro día llegó gente del Bienestar Familiar y dijeron que habían reportado un niño abandonado, ellos le contaron como lo habían encontrado y dijeron que sí, que era un niño abandonado, se lo llevaron a pesar de que estos señores le rogaban que no se lo llevaran.

Esta gente no lo quiso dejar.

En cuanto a lo de mi hija, la investigación siguió, cuando los responsables habían sido capturados ellos tuvieron que confesar que hicieron con ella, y fue así como confesaron que a ella el 16 de diciembre, para amanecer el 17, a ella la tenían detenida en la ciudad del Bordo, una ciudad al sur de Popayán, se la llevaron para Pasto y cuando iban a llegar a  la ciudad de Pasto, hay unos túneles grandes, porque esa zona es muy montañosa, llegaron a la orilla del túnel y le dijeron que se despidiera del niño, que ella tenía que bajarse. Entonces en el relato que hace el asesino, digámoslo así, el relata como ella abrazó a su hijo y se despidió de él y lo colocó en la banca de la patrulla y luego la sacaron a ella y la llevaron a la orilla de la carretera y el que tenía la orden de asesinarla, la abrazó y con la otra mano le metió 2 tiros en la cabeza. Luego parece que se asustaron porque venía otro carro con las luces encendidas y que les dió miedo, prendieron la patrulla y se fueron.

Al otro día como a las 10 am, venía un campesino a vender fruta a la orilla de la carretera, al otro lado del precipicio, entonces el dice que con la luz del sol vió que algo brillaba, que algo había en esa peña, y se acercó al fondo y miró que era un cuerpo, ahí mismo llamó a una patrulla de la Policía y hicieron el levantamiento del cuerpo. Se lo llevaron a la ciudad de Pasto, en el anfiteatro tuvieron 20 días el cuerpo sin que nadie lo reclamara, nadie lo conocía ni nada, no tenía ningún documento de identidad y luego lo enterraron como NN.

La Fiscalía de Derechos Humanos de Bogotá dió la orden para que abrieran todas las fosas comunes que había en el cementerio, desenterraron unos 70 cuerpos pienso yo, no se dieron por vencidos y buscaron y buscaron hasta que lo encontraron y fue plenamente identificada porque la habían enterrado con la ropa que ese día tenía, luego me entregaron los restos y los traje a Popayán.

Ellos en ningún momento se identificaron como el grupo UNASE, tampoco, ni dijeron a qué iban, ni nada.

A ellos los cobijan tres sentencias, una por secuestro simple, otra por asesinato y otra por el abandono del niño.»

En la Asociación tiene tiempo para llorar, tiempo para reír, tiempo para trabajar y tiempo para luchar contra la desaparición.

María Helena Ruiz

Esposa de Hernando Ospina Rincón, desaparecido en septiembre de 1982

«El fue desaparecido el sábado 11 de septiembre de 1982, él se encontraba laborando en su taller, llegaron unos señores, dijeron ser del F-2, parquearon un carro Mercedes Benz puro en frente de la puerta del taller, donde llegaron y preguntaron por un nombre que no era el de él. Entonces él dijo que no se encontraba, que no lo conocía, entonces dijeron: ¿El dueño del taller? El dueño soy yo, mi nombre es Hernando Ospina.

Lo hicieron caminar alrededor de 3 cuadras y lo subieron en una camioneta de color café y amarillo que posteriormente es una camioneta de explosivos del F-2, es la última noticia que tenemos de él, nunca más volvimos a saber qué pasó con mi esposo.

Esos momentos son los más terribles de la vida, yo en ese momento no me encontraba en el taller, lo que yo les he comentado son versiones de sus empleados. En ese momento en que lo sacan del taller me llamaron, yo me encontraba donde mi mamá, y yo inmediatamente acudo al taller, me dicen que es el F-2, yo lo que hice es trasladarme a todas las instituciones del F-2, que en la 12, que en la 6, en la 8, acudí a todos los organismos del F-2, la respuesta era que él no estaba registrado.

Me decían: es que señora mientra usted está aquí, él ya estará en su casa.

Los obligo a que me recibieran la denuncia, una denuncia que era como tan extraña la forma, porque me hacían preguntas, pero el Capitán que me estaba indagando, el que hacía las preguntas, él decía: deja un espacio, contaba con que dejara un espacio. Yo contaba con que finalmente me iban a dar una copia de esa demanda, cuando terminamos la declaración, que no me daban una copia, que ellos se encargaban de buscarlo. El capitán me dió una tarjeta con los datos de él y que él iba a buscarlo.

Después negaban que yo había colocado la denuncia.

Es cuando conocemos al padre Javier en el Cinep, y allí nos vamos reuniendo todos.

Entonces es cuando optamos por conformar un grupo y de allí es cuando formamos Asfaddes, la Asociación de Familiares de Detenidos desaparecidos.

Ella era una viejita, era muy anciana, ella sabía que a Hernando le gustaba  los plátanos en patacones y la carne asada bien dura, bien seca, bien tostada y ella llegaba y fritaba el plátano y la carne y la guardaba en una bolsita y salía a buscarlo hasta que por las calles ella preguntaba. Lo que sí era consciente era que había sido el F-2, la Policía. Entonces ella a toda persona que veía uniformada le preguntaba por su hijo, que si era un soldado, que si era un policía, ella llegaba y le preguntaba por su hijo.

Empezamos a organizar las marchas todos los jueves con un clavel blanco, allí participábamos todos los familiares de cada desaparecido, doña Josefa con toda su familia, la familia Acosta, los Campos, porque necesitábamos gente para poder realizar las marchas, empezamos a buscar apoyo con los mismos estudiantes, también tuvimos mucho apoyo de los estudiantes de la Universidad Nacional y de la Distrital.

Así duramos como 3 años haciendo marchas todos los jueves.

Tenemos compañeros que nos apoyaron en las marchas y que fueron posteriormente desaparecidos como es el caso de Leonardo Gómez y de Toño Hernández.

Martha

Julio Édgar Galvis Quimbay,  desaparecido en marzo de 1994

«Empieza como la espera… inicialmente es como la espera, ¿qué pasó? ¿Dónde está?. Julio era absolutamente cumplido, él nunca llegaba tarde a una cita y menos faltar. A mí me entra la preocupación y yo empiezo a llamar cada hora y pues dejar razón que si llega a la una de la mañana, a las 2 o a las 5 que a esa hora me llame porque yo estoy muy preocupada, yo estoy presintiendo que le pasó algo.

Al otro día todo el tiempo como inmovilizado porque no sabía que hacer, no sabía a dónde ir, a quién llamar. Además porque existía la posibilidad de que no hubiera pasado nada sino que él se hubiera ocupado en alguna cosa.

Finalmente el hermano me dice que han llamado acá y han dicho que a los muchachos se los llevaron en el taxi Mazda de placas EFP121 y que teníamos que hacer algo para buscarlo. Él se va a la Defensoría y pone el denuncio y en la Defensoría le dicen que busque en las estaciones de Policía, en el DAS, en los hospitales y que empiece a buscar en las morgues. Entonces él se va a una estación de Policía y luego se va al DAS y cuando llega al DAS se encuentra el taxi que le han dicho en la llamada telefónica, es una llamada anónima y que nunca supimos quien la hizo.

Él se devuelve a la Defensoría y pide que una comisión de la Defensoría lo acompañé para corroborar que ahí está el taxi que le han dicho en la llamada telefónica. De la Defensoría nombran a alguien que lo acompañe y piden que le hagan una inspección al taxi, en el taxi dizque efectivamente hay cabellos y sangre.

Nosotros vamos a un noticiero ese día, llevamos unas fotos de él y hacemos la denuncia por desaparición y hacemos que se publique esa denuncia por desaparición y hacemos la aclaración de que nos han hecho una llamada anónima y que en la llamada anónima han dicho que en tal carro y que ese carro está en el DAS entonces de que al parecer fueron agentes del DAS.

Esa es una de las prácticas que tienen ellos, los organismos del Estado cuando van a hacer un acto de estos lo que tratan es de impedir la posibilidad de iniciar una búsqueda.

A partir de ahí empieza la investigación y a los 2 meses se abre investigación contra 19 agentes del DAS que al parecer estaban implicados en la desaparición, les encuentran nexos con esa investigación, luego dictan orden de captura contra 7 de ellos, primero los destituyen, entonces cuando les dictan orden de captura a los 8 días o algo efectivamente ya se han ido todos, imposible capturarlos, el proceso sigue y finalmente uno de ellos que parece que es la persona de más responsabilida ahí se presenta a rendir indagatoria y lo capturan.

Después de dos años y medio el tipo es condenado a 50 años de cárcel y él ha apelado, ha presentado todas las apelaciones, en este momento el proceso se encuentra en casación y estamos esperando qué pasa con eso.

A los otros que inicialmente les fue dictada orden de captura les fue levantada la orden de captura.

A él lo encuentran, el cuerpo lo encuentran 5 días después de la desaparición.

A ver es un caso colectivo, desaparecen a Julio, a Aide, a Enán, a Aldemar y hay otra persona desaparecida que no sabemos quien era.

El cadáver de Julio aparece en la vereda de Los manzanos del municipio de Facatativá que queda cerca de Bogotá. Aparece frente al cadáver de Enán y de esta persona que no sabemos quién es. Los dos cuerpos de los muchachos estaban irreconocibles, han sido torturados y quemados y no es posible reconocerlos físicamente, el reconocimiento se hace por carta dental.

El responsable se llama Germán Cuellar, es un tipo que tiene 20 años de servicio al DAS en ese momento, es un tipo Antisecuestro, es el jefe de la unidad Antisecuestro, ha sido condecorado por lo últimos 4 gobiernos como uno de los investigadores más notables que le ha dado mayores positivos a la institución.

El está condenado a 50 años, él está en las casa fiscales de la Picota que son unas casitas pequeñas muy bonitas con unos prados enormes.

Inmediatamente damos por hecho que Julio está desaparecido, uno empieza  a pensar en los horrores que puede estar pasando porque la desaparición y la tortura no son de ayer en este país.

En el momento que aparece el cadáver, ya se termina la posibilidad del dolor para él, entonces empieza uno a pensar en cómo nos hace falta, en cómo nos duele lo que ha pasado, pero sabe uno que no le duele más a él.

Una de las cosas que ellos han peleado siempre es hacer que los procesos se dilaten para que esa figura jurídica los cobije, entonces por ejemplo en el caso de Germán Cuellar, él hizo todo lo posible para que los términos se vencieran y poder quedar libre.

Ellos tiene una condena por secuestro, porque no está tipificada la desaparición Forzada, entonces ellos están condenados por secuestro extorsivo, tortura y asesinato.

Me quedan la ausencia de Julio, el dolor de que mi país sigue así, las cosas en estos últimos años no mejoran, muchísima soledad, no es fácil reiniciar la vida después de que le han truncado a uno de esa manera las cosas.»

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