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En memoria del desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y atentados a la vida humana y natural en Charras, San José del Guaviare

«Forasteros en propia tierra, en memoria del desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y atentados a la vida humana y natural en Charras, Guaviare»

Fundación Hasta Encontrarlos

El presente informe es una elaboración desde la memoria, los sueños, las esperanzas truncadas y las que se mantienen en campesinos y campesinas que llegaron a Charras, desde diferentes lugares del país durante los últimos 60 años, y se convirtieron en forasteros en propia tierra. Una tierra habitada por Nukák y Sikuani, quienes persisten en el territorio y junto a los campesinos han mantenido una relación pacífica, aunque en algunos momentos tensa frente al uso de la tierra. 

Ambos, campesinos e indígenas, tuvieron en común ser afectados por el desplazamiento forzado, por las desapariciones forzadas y otros atentados a la vida humana y natural, son víctimas no solo del conflicto armado sino de los modelos de desarrollo que se imponen desde fuera y que en el territorio se traducen en deforestación y reducción de la selva. 

Ambos, campesinos e indígenas, resisten en el territorio ante la posibilidad de repetición de los crímenes ocurridos, de verse obligados a volver a la única fuente productiva del pasado, la siembra de la coca. 

Creyeron en el Acuerdo para la terminación del conflicto, su territorio alberga uno de los ETCR donde viven excombatientes de las FARC, recibieron la visita del Presidente Juna Manuel Santos quien hizo muchas promesas que serían cumplidas en poco tiempo, y siguen esperando. Sustituyeron los cultivos de coca esperando os PNIs y PDETs, llegaron las primeras ayudas, pero no todo lo prometido, y no a todos, muchos fueron excluidos. Y recientemente el gobierno de Iván Duque anunció que Guaviare será escenario de nuevas fumigaciones con glifosato. 

Son sujetos de Reparación Colectiva en Charras por una orden de un juez de Tutela y desde el 24 de febrero del 2017 la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas emitió la Resolución para su inclusión en el Registro Único de Víctimas. Han pasado cuatro años y siguen esperando ver materializada esta reparación colectiva.

Como se observa en los diferentes capítulos de este informe, son fragmentos de memoria, relatos de la verdad desde lo vivido o lo poco que se ha podido acceder desde el derecho A Saber. Son narrativas desde quienes participaron en su elaboración, pero en ningún caso pretendemos que sea una verdad absoluta, un informe final o que todo quede dicho. Muchos de quienes han vivido en los últimos 60 años en Charras faltaron en este informe, muchos que no están en el territorio por causa del desplazamiento forzado y habitan en otras partes donde volvieron a ser foráneos. Ellas y ellos, podrían complementar mucho de lo que este informe aborda.